Desde el curso pasado, estamos realizando talleres de Psicomotricidad Vivenciada en la Escuela Infantil "Los Escoriales", en San Lorenzo de El Escorial. Están dirigidos a niños y niñas de todas las edades y han tenido muy buena acogida.
Actualmente asisten a estos talleres niños y niñas de 2 y 3 años. A partir de abril, después de las vacaciones, nos gustaría abrir nuevos grupos y ampliar edades.
Actualmente asisten a estos talleres niños y niñas de 2 y 3 años. A partir de abril, después de las vacaciones, nos gustaría abrir nuevos grupos y ampliar edades.
¿En qué consisten los talleres?
Cuando entramos en la sala de psicomotricidad, nos quitamos los zapatos y nos sentamos en el suelo formando un corro. Es el momento de saludarnos, decir nuestros nombres y recordar las normas.
Después del saludo, llega el momento de jugar. Los niños empiezan a ocupar el espacio de juego (¡o no!... depende de cada uno, del momento en el que esté o de las circunstancias que esté atravesando). El psicomotricista se sitúa en un lugar desde donde pueda observar a todos y estar disponible. El juego y el movimiento de los niños durante estas sesiones es totalmente libre y espontáneo, y sólo se interviene para asegurar el espacio, recordar las normas o hacer evolucionar alguna situación. Con esta no intervención se favorece la autonomía, la iniciativa, la toma de decisiones, la confianza y seguridad, la autodisciplina y sobre todo, que surja en los niños el deseo, es decir, lo que el niño desea realmente hacer, lo que le interesa, le motiva, le mueve a actuar y a permanecer en lo que le gusta. El juego espontáneo de los niños puede revelar muchas cosas acerca de cómo están.
El psicomotricista tiene una formación teórica, práctica y personal que le permite acompañar y observar activamente el juego de los niños, y establecer con ellos un vínculo afectivo basado en el respeto hacia la capacidad que tienen los pequeños de decidir y actuar. A partir de sus observaciones, establece cómo es el desarrollo del niño y puede favorecerle en su proceso, respetando el tiempo y el espacio que cada uno necesita.
Cuando los niños hacen juego libre no sólo disfrutan mucho, sino que además están desarrollando de forma autónoma sus capacidades motoras, sociales, afectivas e intelectuales, de manera que les puedan ser útiles para afrontar sus dificultades. A través del juego espontáneo, de las decisiones que toman por propia iniciativa atendiendo a sus deseos e intereses, y en un espacio de respeto hacia si mismo y hacia los demás, los niños aprenden a conocerse, a relacionarse y a abrirse al mundo.
Almudena
Almudena
No hay comentarios:
Publicar un comentario